Sefi Cárdenas Cumbreras
JAZMINES EN EL RINCÓN
(Antología de verso encontrado)
DEL VERSO PRIMITIVO A LA EVOLUCIÓN
DE LA PALABRA
Introducción por Carmen Palanco
Llegaron a mí un puñado de jazmines
cerrados procedentes de un rincón sin aire, húmedo y frío. La autora no sabía
si había en ella la materia que necesitaba para dar vida al verso que la
habita, sólo sabía, más por instinto que por razón, que tenía que escribir,
aunque fuese enclaustrada en un oscuro cajón. Puso en mis manos los huesos de
aquellos poemas desangelados, jazmines en un puerto apartado que despertaban
por el verbo que les grita. —¿Cómo se puede escribir con la palabra
perdida?, ¿cómo es posible, si el mensaje que oculta es una flor que trasmina?—
Había que encontrar el pulso que pedía.
Primitivas
las formas, desorientadas las conjugaciones; con un miedo atroz comienza la
obra a caminar de la mano de una mujer que entonaba a la persona, una persona
de humanidad sublime que se desnuda para dar luz a la poeta, hasta entonces
dormida como aquel arpa. Una y mil veces la he visto socavarse el alma en busca
del verso que la llama; en su recorrido ha descubierto que la ternura tiene
verbo, ha sucumbido a la estrecha causa de escribir para hablar de lo que
siente, piensa y ama, se ha enfrentado a su propia palabra hasta conseguir
hacerla latir, ese latido ha trasmutado los poemas antiguos y perfilado los
nuevos. Jazmines en el rincón es la
historia de una poeta que ha crecido a lo largo de su creación, una obra que se
ha convertido en una antología que habla de conceptos universales con
sensibilidad extrema, historia donde el lector será testigo del proceso y se
sumergirá en la cotidianidad de lo que cuenta, siendo valedor de las pequeñas
cosas. Desde el inicio al avance y su actual cima la obra contiene la osadía de
conjugar lo mundano con el extremo más delicado del corazón.
La
apertura, fiel a sus comienzos literarios, contiene versos de una profunda
identidad:
Su cuerpo sembró mi cuerpo
de plumas blancas,
fui nido que esperaba. […]
Tres mariposas danzan
entre violines,
es un pentagrama de colores
en una aurora de jazmines.
La obra, que se divide en dos partes, Los
jazmines y El rincón, determina las dos temáticas que perfilan su
poesía actual; Los jazmines con su
peculiar visión de la familia en su contenido maternal, y las diversas
inquietudes que se sitúan en El rincón;
siendo el amor el centro de su corriente literaria en ambos casos.
La metamorfosis se manifiesta con más fuerza en la segunda parte, El rincón; su extensión así lo designa.
La poeta lo abre con una elegía premonitora; La creación, donde dice:
Y se reunieron de urgencia
formando asamblea,
sentimientos y silencios
y con estricta confidencia
descubrieron que la Tierra
carecía de una esencia;
en su magnífica brisa
intangible y etérea
faltaban osadas musas
que hablaran de almas inquietas...
Culmina su semblanza interior con versos que
contienen un extremo sobrecogedor, que muestran cómo aquella autora ha fraguado
un camino desde sus profundas cavidades hasta el cielo abierto.
Atrás fue quedando el camino,
llanuras de rubios pastos,
naranjos sin flor ni fruto;
cauce sin río.
Giro con el viento de los molinos
de tres aspas blancas en luto
sobre la yerta arboleda,
sobre el horizonte mudo.
© Carmen Palanco