Xerif Aledris, el Nubiense

Xerif Aledris, el Nubiense (1100-1171)
Descripción de España
(1ª ed. 1799: Trad. de Josef A. Conde, de la Real Biblioteca. Imprenta Real. Madrid MDCCXCIX. Facs. 1985
Medina Libla (Niebla: en el nombre árabe está menos desfigurado el antiguo de Ilipla, que sería 'tribu separada' [...] o 'agricultora', a la orilla de río Tinto, que los romanos llamaban Urium, y los árabes Saquia, azequia; y de éste proviene el de Aceche; tuvo Reyes desde que Abd el Aziz Albacri la ganó a Ben Jahya, Señor de Huelba y de Gezira Saltis’) es ciudad hermosa y muy antigua, y en la parte oriental de ella el río que viene de la parte del monte, y se pasa sobre él en puente a Libla; y entre Medina Libla y el mar Océano seis millas, y aquí está Medina Wlba (Welba, ahora Huelba, la antigua Onoba: 'abundante en racimos'; y si era voz compuesta: 'asilo de la tribu fuerte de la colonia'), y está a lo largo de la isla Saltix (Gezira Saltis, isla delante de la embocadura de los ríos Odiel, Tinto, y el de Cartaya, la que otros árabes llaman Isla de Huelba. [...] En el nombre de Shaltis me parece que desfiguraron el de Tartis, que sería el de la isla Tartisa o Tartessia [...] Saltis, según mi conjetura, de Tarsis, Tartis o Tartesia, donde reynó Argantonio; país felicísimo, donde creían que los hombres vivían 150 años; el país adonde Jonás huyó, a Tarsis; la isla de La Higuerita sería parte de ella’), que es isla extensa algo más de milla, y la ciudad de ella a la parte meridional, y aquí un brazo de mar llega a la caída del río Libla, y se va extendiendo hasta ser aquí de más de una milla: y desde aquí no se cesa de subir en él con barcos hasta que se estrecha aquel brazo, y llega a ser la extensión del río como medio tiro de piedra; y sale el río de la hondura del monte, en cuya cumbre está la ciudad Wlba, y de aquí pasa el camino a Libla; y de Medina Saltix a Gezira Cadés cien millas. [...] Desde Gezira Saltix por el mar Mara en la parte septentrional hasta Hisn Castala (hoy Castelar) sobre el mar diez y ocho millas; y entre ambas desemboca el Nahr-yana (El mismo que nuestros árabes llamaban Guadiana, conservando su antiguo nombres: Anas, de débil, tenue, que no se sostiene, apacible, manso) que es el río de Mérida. [...] Desde Mértola hasta Hisn al-Wlba (Fuerte de Huelva hacia El Cerro) dos jornadas cortas. [...] de Medina Batalyos a Medina Esbilia (La Hispalis de Ptolomeo. Sevilla) seis días por el camino de Aben Abi Chalid (Línea recta desde Badajoz a Gibraleón, y desde allí se inclinaba al Oriente por Escacena a San Lúcar), a Gebal-Oyún (ahora Gibraleón; Monte de las Fuentes, por ser como el Ida, abundante en fuentes; llamaban a éste y a las alturas cercanas Abuâb-Algarb, Puertas de Algarve), a Esbilia; y desde Batalyos (Badajoz; extraordinaria corrupción de Pax-Augusta) hasta Medina Mérida sobre Nahr-yana al Oriente treinta millas. 

Xerif Aledris

Thomas Boberg

Thomas Boberg
Los devoradores de caballos
Trad. del danés de Daniel Sancosmed
Colección Jardín Cerrado

El mundo entero y los mundos menores de pueblos y personas siempre están a un paso de desmoronarse, o ya desmoronados. No estará asegurado que de sus cascotes y cenizas resurja un mundo nuevo y mejor. Más bien lo contrario. Este es el trágico punto de partida de Los devoradores de caballos, del poeta Thomas Boberg (Roskilde, Dinamarca, 1960). Con un ritmo hipnótico y trepidante, el libro describe un mundo nacido tras la destrucción del mundo en que vivimos. Todo se cuenta con gran fuerza narrativa, con enorme desgarro y violencia verbal en muchos momentos. El autor no ahorra los detalles más duros. Recuerda en cierta medida algunas narraciones de Cormac McCarthy (La carretera) y de Shohei Ooka (Hogueras en la llanura). ‘Un libro hipnótico –escribe Raúl Campoy en el prólogo– que no puedes parar de leer pues fusiona distintos géneros literarios como el cuento, la novela y la poesía con un martillazo épico constante’. Thomas Boberg ha publicado más de veinte libros de poesía. nominado en dos ocasiones al Premio de Literatura del Consejo Nórdico, en 2012 obtuvo el Gran Premio de la Academia Danesa. Aunque traducido y editado en español en América Latina (Portadoras de agua y las antologías Constelaciones terrestres y Poesía), Los devoradores de caballos es su primer libro editado en España.

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