Helena Junyent

CUÉNTAME ENTRE LAS CEREZAS
Helena Junyent
Ed. Isla Varia


La autora le dice al río...

…desde la cuna del agua
saltando a caballo sueños de juguete
tuyo es el cuenco de la mano niña
en las barbas blancas de la roca
tuyo el tiempo vago
vagando en los bolsillos de unos codos rotos
tuyo el temblor de las violetas
buscando un asa en la vasija del lago
tuyos los zapatos
mío el pantano
cuando el paso me cierras
en el esplendor de los helechos.

Las claves de un poema no flotan en la corriente; van por lo hondo, ancladas al cauce del sentir: llámale amor, infancia perdida, soledad, ausencia, sueños rotos, lejanía de ecos; si el sentimiento puede más que la razón es porque guarda estos secretos del alma:


…entre nubes pasando
incontables mariposas cifradas
en crisoles nos demoran
pasaron tantas lluvias
un carrusel de niño entre hojalatas
una ráfaga de sol entre el granizo
acaba de pasar
un olor a romero
y una niña entretanto
ya ha pasado
apenas todo
casi nada tanto. 

Helena Junyent ha publicado su poemario ‘Cuéntame entre las cerezas’ en Isla Varia, editorial ahora trasladada al Este andaluz tras haber sacado a oreo un buen número de autores y sembrado el Sur de libros de poesía. Del de Helena Junyent dicen los previos que es ‘contar el paso del tiempo desde una perspectiva de derrota hasta la voluntad recreadora de arrancarle ilusiones a la desesperanza, pasar del desengaño a esa-otra alegría en la que reconocerse con ojos renovados. Como si ese recorrido a través de derribos y ruinas, sólo salvables con la llegada de-vuelta a la inocencia, nos diera la posibilidad de andar-un desandar por los caminos de la remembranza, con sus surcos, con sus huellas solapadas entre los mirlos y las picotas de cuando el soñar daba pie a las primeras cerezas, y decirnos con ello, que pese a todas las limitaciones, ilusión y realidad no son entidades separadas. Tal vez por ello nos encontremos aquí con una voz distinta a la de otros poemarios, y sea ese vínculo con el tema que aquí aborda el que le pide a la autora una comunicación compartida. De ahí, que lo imperativo del título responda a la demanda de esa-otra oportunidad que nos brindan las pérdidas, cuando re-unidas en el frutal de la memoria optan por volver al país de la niñez. Un volver de lo conocido a lo desconocido, de lo cotidiano a lo asombroso, traspasando la rutina con el fluir de los afectos, los juegos, los sueños, sin olvidar que donde comienza la prudencia termina la sorpresa’. Cuéntame entre las cerezas es un apasionado viaje por los sentimientos en el tren de los versos, cuya vía bordea el río de la vida, cauce y escenario en el que las pulsiones que los hicieron posible perdurarán para siempre. Por eso la autora no dice nada que pudiera quedar en pura anécdota de la niña [‘con cintura de pulsera’ (Gerardo Diego)] sino que eleva su expresión a rango de categoría, la universaliza, hace que la compartamos, convencida de que en lo hondo del sentir apenas hay margen para disidencias. Se es o no se es. En el de la expresión, sí. Todas las imaginables. Dice Helena Junyent que…

…de todas las formas
que entre nubes de vapores encontrados
a través del río y su corriente
apenas si distinguen
de entre las ventanillas del mar y sus confines
la configuración de la rueda que mueve el agua
yo aprendo de la corriente
mirando pasar los trenes
con ese sabor a despedida
que aun sin noticias de adioses
conforma la espera en los andenes
en donde silbando el humo
me asomaré a las formas
de forma
que en vías al todavía por-venir
me cuenten las nubes ¿por qué
al paso del río a todo vapor a la redonda
en los ojos del niño se evaporan?

Tren de la vida, viaje sin pausa, río que no para, cada página es una ventanilla-ojo por la que el lector descubre los brillos del agua, su devenir desde las fuentes ocultas o los guijarros del balastro, en suma: las claves que nutren la poética de Junyent, que sabe que…

…a veces
cuando buscando en lo hondo
las palabras dejan de ser juego
logra que suene en clave de mar
su risa clara su canto de niña
la que pone en mi mano
la clave:
escribir como se calla
lo hondo de lo que habla
en el fondo ella era de agua
la que busca en las pérdidas
la que bebe del qué más
se llamaba Mar-i
cuando la llamo
un canto de fondo hace sonar ... las llaves.


© Manuel Garrido Palacios