Carilda Oliver Labra

DESAPARECE EL POLVO
Carilda Oliver Labra
El Parnasillo
Simancas Ediciones
Fotografía: Héctor Garrido


Como no quiero descubrir la nada,
como me gusta el aire de esta escena,
ignoro si enmudece o si resuena,
el corazón de tórtola cazada.
Como no admito golpe ni embajada
pues creo que la muerte nunca es buena,
la pobre que alimento casi cena
una tonta merienda, enamorada.
A veces conversando con el plomo:
arráncame —le digo— trapos viejos,
y volveré del vino este que tomo
en ceremonias con el no y el lejos;
terca en mi eternidad, porque soy como
la ciega que se mira en sus espejos.

Carilda Oliver nace y vive en Matanzas, Cuba. Héctor Garrido trae su imagen y su apasionante Poesía en esta obra y un soneto suelto que saldrá en su libro de fotografías Cuba Iluminada, soneto al que Edgar Riquelme puso música en Chile y Lisette en Norteamérica, joyas cantadas que se integraron en el repertorio de otros artistas:

Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mala promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.

Carilda Oliver abre su bibliografía con 20 años -1943- con Preludio lírico. Habría que anotar: “y ya no para”. Su cosecha es tan fértil que sólo cabe aquí una sombra mínima de ella: Catorce poemas de amor. Los huesos alumbrados (Matanzas); Ver la palma abriendo el día; Sonetos (Letras cubanas); Calzada de Tirry 81 (Chile); Antología poética (Colombia); Dust desappears (Nueva York); Noche para dejarla en testamento (Episteme. Valencia); Discurso de Eva (Hiperión, Madrid); Antología poética (Visor. Madrid); Con tinta de ayer (Capiro); Biografía lírica de Sor Juana Inés de la Cruz (Campeche, México), Libreta de la recién casada y The lighted bones (Matanzas); Se me ha perdido un hombre(Fund. "Jorge Guillén", Valladolid); Memoria de la fiebre y Antología de versos de amor (La Habana); Al sur de mi garganta (Gener), algunos de cuyos poemas graba en París Ivés Montand;Canto a Martí; y más si quisiéramos agotar el folio. Leamos antes otro soneto:

Sin querer me he comido tu fantasma,
tu montón de perdices en la aurora,
tú no te escapes que te mato ahora,
y aquel perfume que te daba asma.
Ya no pareces todo, ya no pasma
mi soledad tu burla jugadora;
ya no eres esa luz que se empeora:
me he arrancado por fin tu cataplasma.
Quédate en los asuntos y en la esperma.
Busco mi libertad como una enferma,
Por ser tan tuya me volví muy mía.
De aquel balazo resucito hoy.
Estreno un ala por la tierra: soy
los párpados que se abren con el día.

Presente en el Diccionario de la literatura cubana, conoce a Gabriela Mistral, Alicia Alonso, Mario Benedetti, Isabel Allende, Emest Hemingway, a quien entrega la Llave de la Ciudad, Carilda ha obtenido premios y galardones como el Internacional de Poesía de la National Broadcasting Co. de Nueva York, el Nacional de Cárdenas, el  Hispanoamericano del Ateneo de Washington (tricentenario de Sor Juana Inés de la Cruz), el Nacional de la Crítica "Orlando García”, el Nacional de Literatura, el Nacional de Poesía, el “Federico García Lorca” de la Asociación Andaluza de La Habana o la Medalla "Alejo Carpentier". Volvamos a sus sonetos:

Es una carta donde digo: amado,
y después otras cosas en que exploto.
Es una carta simple, con un loto
y la letra del ángel dominado.
Es una carta donde digo: usado
por este corazón que juega roto.
Es una carta azul donde te boto
y más tarde te encuentro enamorado.
Es una carta, sí, con que te entrego
esta ilusión (palabra mentecata).
Es una carta donde digo: luego;
pero entonces abjuro en la postdata,
y firmo de inmediato con el fuego
porque es mucha la vida que me mata.

Sus poemas están presentes, entre otras, en las antologías Cincuenta años de poesía cubana (Vitier), Las mejores poesías de amor cubanas (Laurel), Poetas en Matanzas (Ateneo), Eros en la poesía cubana (Marilyn Bobes), Poesía cubana de hoy (Grupo Cero); Panorama de la poesía cubana moderna (Feijóo); Poetisas cubanas (Rocasolano); Poesía social cubana (Mirta Aguirre); Breaking the silences. An Anthology of 20 Century Poetry by Cuban Woman (Randall. Vancouver); Poesía hispanoamericana (Bruguera); Poetas, poemas sociales, humanos y eternos (Sanjurjo); Poesía cubana contemporánea (Humberto López); Antología de jóvenes y viejos poetas de vanguardia (Monreal); Poesía cubana de amor (Nogueras); La generación de los años 50 (Suardíaz/Chericián); Poeti Cubani: la generazione deglio anni cinquanta (Firenze Atheneum, Italia); Cantar al amor y Poesía para ti (Pueblo y Educación); Las mejores décimas hispanoamericanas. Siglos XIX-XX (Orta Ruíz-Indio Naborí); No me dan pena los burgueses vencidos (Suardiaz); La ciudad de los poetas (Espino); La décima en Matanzas (D.P. Cultura)Para vivir como tú vives (W. González), o Soneto Hispanoamericano (Mirta Yáñez). Un estudio sobre su obra se incluye en el Dictionary of Twentieth Century Cuban Literature (Grenwood Press, EE.UU.). Un último soneto:
El semen no ha venido. Te está dentro
como una soledad atravesada
y casi que te huye y da emboscada
a la mujer que soy cuando lo encuentro.
El semen no ha venido, (siembra viva,
germen de eternidad para mis venas)
pues tú me lo discutes, lo enajenas
de esta doliente sangre pensativa.
El semen no ha venido. Fiera llave
le pones a su ala frenética de ave,
a su amoroso corazón que rijo
con este vientre de magnolia humana,
y se me va pudriendo hasta la gana
de que se vuelva carne de mi hijo.

Aunque una nota sobre un libro dicen que ha de ser fría, yo busco ahora el calor de una palabra que exprese mi admiración por Carilda Oliver, cuyos poemas he dado a otros para compartir el gozo de leerla. Pero sé que cualquier cosa que dijera quedaría en nada. Pasa a veces que te sientes mudo ante tanta belleza.

© Manuel Garrido Palacios

Rubén Martínez Villena



PRESAGIO DE LA BURLA FINAL

Yo tengo la absoluta seguridad que un día,
cuando ya no me resten fuerzas para marchar,
cruzará mi camino la verdadera vía
orientada a la gloria que pude conquistar.

En ella estará todo: (alguien que me quería,
mi ensueño, mi destino, mi gozo y mi pesar;
la vocación ignota). ¡Oh, ruta que era "mía"!...
¡Y ya será muy tarde para poder andar!

Entonces, abrumado bajo mi propio ocaso,
ante la burla horrenda que agrave mi fracaso,
comprenderé lo inútil de todo lo que fui;

me punzarán la frente recuerdos como abrojos,
me tragaré la lengua, me cerraré los ojos,
¡y en un olvido largo me olvidaré de mí!

© Rubén Martínez Villena
(Alquizar. La Habana. 1899-1934)

Cascos históricos de Galicia




El corazón de las ciudades
Cascos históricos de Galicia

Textos:
Ramón Villares
Celestino Gª Braña
José L. Gómez
Fotografía:
Xurxo Lobato