Juan Delgado · Sierra de Aracena

Geografía y Amor
Hablan los pueblos de la Sierra de Aracena
Juan Delgado


Juan Delgado, poeta por la Gracia de Dios para gozo nuestro, parió en su día el libro «Geografía y amor. Hablan los pueblos de la Sierra de Aracena», todo un lujo de este gran solista de la escritura cuyo nombre es un referente para las letras nacionales. Es un libro labrado en sus colaboraciones en la radio, que nace «un atardecer de primavera de esos que a veces nos depara Mayo: tormentosos y oscuros, cargados de bochorno y cruzado su cielo por relámpagos largos que anuncian el derrumbe sonoro de edificios gigantes en el seno de las negras y enfurecidas nubes. El castillo, ya difuminado en la caricia de las sombras, se levantaba de pronto iluminado por el resplandor de la vivísima descarga eléctrica que sobrecogía el ánimo. Uno de los relámpagos averió la antena de la emisora, por lo que no pudimos hacer en directo el programa previsto. Estaba en el estudio con la directora, Mariola, y Pepe Orquín, y hablando de la Sierra, sugerí hacer una serie de guiones radiofónicos sobre los pueblos del partido judicial de Aracena, en los que los mismos pueblos explicaran por boca del poeta sus historias, leyendas, encantos, tradiciones, virtudes, carácter, personalidad, sueños y realidades; y luego, que la emisora los programara como creyera más oportuno». 
Así surgieron los textos que integran el libro, primero lanzados a las ondas y después impresos. Tras mucha documentación manejada, Juan Delgado entró «por los caminos de la novelería en algunos y de la poesía en otros para introducir leyendas y consejas, ciertas o inventadas. Era fácil dejarse llevar por el aire de la fantasía caminando por lugares mágicos, sitios asombrosos y pueblos entrañables, donde todo es posible menos la indiferencia». 
Los pueblos y aldeas a los que Juan Delgado dedicó su prosa y su verso son: Alájar, Almonaster la Real, Aracena, Aroche, Arroyomolinos, Cala, Campofrío, Cañaveral, Castaño del Robledo, Corteconcepción, Cortegana, Cortelazor, las tres Cumbres, Encinasola, Fuenteheridos, Galaroza, La Granada, Higuera de la Sierra, Hinojales, Jabugo, Linares de la Sierra, Los Marines, La Nava, Puerto Moral, Rosal de la Frontera, Santa Ana la Real, Santa Olalla del Cala, Valdelarco y Zufre. 
Cada capítulo cierra con el colofón de un poema breve, poemas que, en conjunto, podrían componer un libro aparte. Veamos unos versos dedicados a Cañaveral:


El romero florido
huele a mañana,
huele a niña desnuda
virgen y blanca.
A Cala:
A la entrada de la mina 
el viento llora, se queja,
se viste de penitente
y a los árboles despeina.
Y el minero, por soñar,
con panes y peces sueña.
A Galaroza:
Escucha cómo se cae
la tarde sobre las aguas.
A Valdelarco:
La memoria de la niebla
viste al pueblo de suspiro.

Es un honor hacer esta breve reseña para que se oree la obra de Juan Delgado, poeta tan de Campofrío como de corazón ardiente. 

© Manuel Garrido Palacios