Victor Fuentes / ANLE

VICTOR FUENTES Y SU INGRESO EN LA ANLE
(En la imagen con Gerardo Piña-Rosales y Nicolás Toscano Liria)

NUEVA YORK. Víctor Fuentes, doctor en lenguas y literaturas romances, profesor emérito de la Universidad de California (Santa Bárbara) y especialista en el entronque de la literatura con el cine y la literatura hispana en Estados Unidos, se incorpora a la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) con el discurso: “Vida y cultura de los californios y californias (1876-1889)” en el Hunter College de la City University of New York: “Es para mí un honor el ingreso en la ANLE y agradezco a sus miembros esta distinción de formar parte" de la misma. ·...son ya 50 años que cultivo el estudio de las letras y la literatura en español y varios de los últimos colaborando con las labores de investigación de la ANLE [...] El ingreso en su seno es un aliciente para seguir, con la conciencia de que en los años venideros la ANLE desempeñará un papel fundamental en el destino de la lengua española en la cultura y en la vida cotidiana de los Estados Unidos”. Lo presenta el director de la ANLE, Gerardo Piña-Rosales, quien destaca las publicaciones críticas más importantes de Fuentes: La marcha al pueblo en las letras españolas (1917-1936), El cántico material y espiritual de César Vallejo, Benjamín Jarnés. Biografía y metaficción, Buñuel, cine y literatura (Premio “Letras de Oro”, 1988), ediciones críticas de La Regenta, de Leopoldo Alas “Clarín”, y de Misericordia, de Benito Pérez Galdós. También señala su labor -junto a D. Luis Leal, fallecido- al frente de la revista Ventana Abierta. “Además de sus obras críticas -dice Piña-Rosales- Fuentes es autor de tres novelas: Morir en Isla Vista, Bio-grafía americana y Memorias del segundo exilio español (1954-2010), obras que por su variopinta y sugerente temática como por su voluntad de estilo, es de lo mejor que se ha escrito en lengua española en los Estados Unidos [...] Aunque somos de generaciones diferentes ambos hemos vivido experiencias similares, primero en la España de Franco, después en los Estados Unidos, siempre en pugna, quijotescamente, contra esos molinos de viento que con sus aspas amenazan siempre con segar el aliento de la libertad y de la vida”. En la contestación a Victor Fuentes, dice Nicolás Toscano Liria que “por su afinidad e identificación con el mundo del ‘californio’ y del chicano como manifestación y prolongación de España, por haber puesto su pluma al servicio de las causas perdidas y de su manifestación estética, por ayudar a la perpetuación en Norteamérica de una lengua hablada en ella desde 1512, y destinada a crecer, merecía con creces ingresar en la Academia Norteamericana de la Lengua Española”. 

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